Cómo puede España cambiar el rumbo de la desertificación?
España se encuentra en el punto de mira de un avance inquebrantable de la desertificación, que recuerda a la incursión del desierto del Sahara en el Sahel africano. Los agricultores son testigos de la brutal transformación de sus huertos y pastos, una metamorfosis marcada por fenómenos meteorológicos cada vez más severos. En 2023, la ira de una intensa sequía y fuertes aguaceros azotó Almería, haciéndose eco de las repercusiones del cambio climático y acentuando la desertificación provocada por el hombre.
A una sequía histórica le siguieron lluvias torrenciales, una paradoja climática que causó estragos en las tierras. A medida que el suelo se convertía en polvo bajo el duro sol, las lluvias posteriormente arrastraron los vestigios de fertilidad, dejando las tierras con cicatrices de erosión. En medio de esta agitación, surgieron voces como la de Santiaga Sánchez, que dan testimonio de la resiliencia que aportan las técnicas de restauración de suelos en su finca.
Un bastión de resiliencia
Santiaga Sánchez, inmersa en un legado de pastoreo, vio cómo su granja resistía donde otras flaqueaban. Un testimonio de la eficacia de las prácticas agrícolas regenerativas, sus tierras fueron testigos de la armonía de la agricultura en terrazas, los cultivos de cobertura verde y una mayor retención de agua. El enfoque holístico no sólo fortaleció las tierras contra la sequía sino que también las protegió de los estragos de las lluvias excesivas.
Fundada hace casi una década, Alvelal, una coalición de agricultores y diversas partes interesadas, representa un baluarte contra las amenazas de la desertificación y la despoblación. A diferencia de la negación del cambio climático que prevalece en otras regiones, estos agricultores ibéricos, informados por sus experiencias y observaciones, son conmovedoramente conscientes de la invasión del desierto, que consume 1.500 kilómetros cuadrados al año según AEMET.
Suelos: la primera línea de defensa
“Los suelos bien gestionados están demostrando ser el mejor aliado de los agricultores”, afirma Sánchez.
Estos custodios de la tierra enfrentan la doble amenaza de la sequía y las inundaciones, fortaleciendo sus defensas mediante la restauración del suelo y la recolección de agua. En esta intrincada danza con la naturaleza, la biodiversidad emerge como resultado y aliada, tejiendo la resiliencia en el tejido del ecosistema.
La comunidad de Alvelal ha crecido hasta contar con más de 250 miembros, que en conjunto cultivan más de 15.000 hectáreas a través de la agricultura regenerativa. En medio de ellos, florece un tapiz de puntos críticos de biodiversidad interconectados, lo que subraya la simbiosis entre la agricultura y el ecosistema natural, un testimonio de resiliencia ante el aumento de las temperaturas y la escasez de agua.
El nexo entre tradición e innovación
“En el pasado, el paisaje era un mosaico diverso de características diferentes”, recuerda Sánchez, pintando un cuadro de armonía interrumpida por el advenimiento de la agricultura comercial moderna.
Hoy en día, los agricultores de Alvelal están reavivando una sinergia de técnicas antiguas y nuevas, fomentando la resiliencia en medio de un paisaje climático en constante cambio.
Los rendimientos de los cultivos básicos están amenazados; sin embargo, en los vastos territorios gestionados por los agricultores de Alvelal, la resiliencia florece. La integración de la ganadería con la agricultura, que recuerda a las prácticas tradicionales, está resurgiendo como piedra angular de la agricultura sostenible. Es una danza con la naturaleza que combina la sabiduría de siglos con conocimientos contemporáneos.
Reviviendo la vitalidad del suelo
A pocos kilómetros de la finca de Sánchez, Miguel Ángel Gómez conduce su tractor entre almendros, testimonio vivo del poder regenerativo de las prácticas agrícolas innovadoras. Gracias a Alvelal, los agricultores están aprendiendo a dejar que la naturaleza prospere, fomentando una simbiosis que rejuvenece el suelo y revitaliza la biodiversidad.
El viaje de Alvelal ha estado marcado por victorias incrementales. La infiltración de agua en el suelo ha aumentado; la materia orgánica se ha revitalizado y el número de microorganismos se ha disparado. En medio de estas transformaciones, la biodiversidad ha florecido, dotando a las tierras de una vitalidad resiliente.
“La agricultura juega un papel fundamental para frenar la desertificación”, afirma Ángel Gómez.
Visión para un paisaje resiliente
Guiada por los principios de la ONG holandesa Commonland, Alvelal no es sólo una coalición sino un movimiento que entrelaza retornos financieros con retornos naturales, sociales e inspiradores. Cada árbol plantado y cada semilla sembrada es un paso hacia una visión que trasciende lo inmediato y alcanza los ámbitos de la reactivación de los ecosistemas y la resiliencia comunitaria.
Fernando Bautista, una figura clave de Alvelal, subraya la conexión intrínseca entre ecosistemas resilientes y agricultura sostenible. En medio de la imponente presencia de antiguos enebros y el tierno abrazo de los árboles jóvenes recién plantados, se desarrolla una narrativa de resistencia y adaptación, que marca las tierras con la promesa de renacimiento.