La sorpresa del aceite de oliva de Extremadura: rendimientos crecientes en medio de caídas nacionales
En medio de una cosecha de aceite de oliva deficiente prevista en toda España, Extremadura se destaca con una bendición inesperada. Las proyecciones nacionales han situado la próxima campaña agrícola 2023/24 con una caída del 34,4% por debajo del promedio de los últimos cuatro años, con una producción estimada de sólo 765.362 toneladas.
Sin embargo, Extremadura, situada en el oeste del país, está preparada para desafiar esta tendencia con predicciones de un rendimiento de 73.000 toneladas, casi el doble que el año anterior y superando el promedio en un 18%.
Se cree que este aumento se debe a la expansión de los olivares intensivos en la región, que han aumentado en aproximadamente 20.000 hectáreas desde 2015. A pesar de las perspectivas generales positivas para Extremadura, existe una variación en la suerte entre los productores, atribuida a la diversidad de la región clima.
Un mosaico de prosperidad y desafíos
John Cancilla, director comercial de Marqués de Valdueza, capta la esencia de esta disparidad:
“Es cierto que en Extremadura, en general, la producción será alta este año, pero la región es muy grande y los incrementos no son uniformes en todas las zonas debido a las condiciones climáticas muy diversas”.
Algunas, como Marqués de Valdueza, ubicada en Badajoz, no han tenido tanta suerte, ya que Cancilla ha constatado una cosecha menor de lo esperado, aunque prevén producciones de gran calidad, a pesar de tener menos aceitunas por las condiciones cálidas y secas.
Por el contrario, la provincia de Cáceres ha enfrentado sus propias luchas. Aquí, las elevadas temperaturas primaverales han comprometido a los olivos, disminuyendo la cosecha en aproximadamente un 30% en comparación con el año pasado, según Ana Sánchez de Granda del Pago de los Baldios de San Carlos.
Navegando por el clima extremo y la inestabilidad del mercado
La narrativa de la producción de aceite de oliva en Extremadura es compleja y cada empresa experimenta su propio conjunto de desafíos. Huerta de la Vera ha tenido rendimientos reducidos debido a las fuertes heladas, sentimiento del que se hace eco su directora de ventas, Jara Baztan. Ella especula que el creciente interés en el cultivo del olivo en Extremadura podría ser un pivote de otros cultivos en declive y motivado por los recientes altos precios de mercado del aceite de oliva.
A pesar del aumento general de la producción en la región, empresas como Huerta de la Vera continúan lidiando con los desafíos de mantener la calidad y encontrar nichos de mercado para sus productos en medio de precios fluctuantes.
Cancilla reconoce las adversidades que suponen las condiciones climáticas extremas y el aumento de los costes de producción, un tema común para los productores extremeños en el panorama económico actual. Cancilla destaca además las presiones económicas más amplias, incluido el impacto de los conflictos internacionales en los costos del combustible, que se espera que influyan en toda la economía regional, afectando particularmente los costos de transporte y producción asociados con el aceite de oliva.
Marqués de Valdueza y otros productores están respondiendo a estos desafíos con una gestión del agua afinada y sistemas de producción integrados, buscando optimizar los limitados recursos disponibles. Mientras navegan por una compleja matriz de factores ambientales y económicos, la atención se mantiene en sostener la producción de aceite de oliva de alta calidad mientras se adaptan a un mercado global en constante cambio.